El Misterio de las Lenguas: Lo que la Biblia afirma sobre Pentecostés y el Espíritu Santo

El día de Pentecostés no fue solo un evento histórico; fue el cumplimiento profético de una promesa divina anunciada por Jesús mismo. Pero, ¿qué dice realmente la Biblia sobre este evento? ¿Qué significan las lenguas y cómo se relacionan con el derramamiento del Espíritu Santo? En este artículo exploraremos paso a paso lo que las Escrituras enseñan sobre este tema crucial.


El Contexto del Pentecostés: Shavuot, las Semanas y su Significado Profundo

El término "Pentecostés" proviene del griego pentēkostḗ, que significa "cincuenta". Este nombre se refiere a los 50 días que transcurrían desde la celebración de la Pascua judía hasta la Fiesta de las Semanas (Shavuot en hebreo). Esta fiesta tenía dos propósitos principales en el calendario judío:

1. Dar gracias por la cosecha: Era una ocasión para presentar ofrendas de los primeros frutos al Señor.

(Éxodo 23:16, NTV): Celebra también la Fiesta de la Cosecha, cuando recojas del campo los primeros frutos de tu trabajo.

2. Recordar la entrega de la Ley en el Sinaí: Según la tradición judía, Shavuot conmemoraba el momento en que Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés en el monte Sinaí, estableciendo su pacto con Israel.

Cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos en el Aposento Alto, ocurrió precisamente durante esta fiesta. Esto no fue una coincidencia, sino un acto intencional de Dios. Así como la Ley fue dada en Shavuot/Pentecostés para guiar a Israel, el Espíritu Santo fue derramado en Shavuot/Pentecostés para capacitar a la iglesia naciente a cumplir la Gran Comisión.

(Hechos 1:8, NTV) Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Este paralelo subraya la importancia de Pentecostés: marca el inicio de una nueva era en la cual el Espíritu Santo empodera a los creyentes para llevar el evangelio a todas las naciones.


La Promesa del Espíritu Santo: Tenerlo vs. Ser Bautizados

Jesús dejó claro a sus discípulos que recibirían el Espíritu Santo, pero también estableció una diferencia entre "tener al Espíritu Santo" y "ser bautizados con el Espíritu Santo". Ambos conceptos son importantes, pero no deben confundirse.

1. Tener al Espíritu Santo

Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, recibimos al Espíritu Santo como un sello de nuestra salvación. Efesios 1:13-14 (NTV) lo expresa claramente:

Y ustedes también fueron incluidos en Cristo cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que los salvó. Al creer en él, fueron sellados en él con el Espíritu Santo, que es la garantía de nuestra herencia hasta la redención final de aquellos que Dios ha adquirido para alabanza de su gloria.

Este pasaje nos muestra que todo creyente tiene al Espíritu Santo morando en él desde el momento de su conversión. Sin embargo, esto no significa automáticamente que hayan experimentado el "bautismo del Espíritu Santo".

2. El Bautismo del Espíritu Santo

El bautismo del Espíritu Santo es una experiencia separada y sobrenatural que implica ser llenos del poder de Dios para testificar y vivir una vida transformada. Jesús describió esta experiencia como un "bautismo con el Espíritu Santo y fuego".

(Mateo 3:11, NTV) Yo los bautizo con agua para arrepentimiento. Pero después de mí viene uno más poderoso, cuyas sandalias no soy digno de llevar. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

Esta experiencia no solo llena al creyente con el poder del Espíritu, sino que también trae señales específicas, como veremos a continuación.


La Evidencia Inicial del Bautismo del Espíritu Santo: Hablar en Lenguas

El libro de Hechos nos proporciona varios ejemplos claros de cómo se manifestó el bautismo del Espíritu Santo. En cada caso registrado, hablar en lenguas fue la evidencia inicial de esta experiencia.

1. Pentecostés (Hechos 2:1-4) El primer ejemplo ocurre en el Aposento Alto: Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba el poder de expresarse.

2. La Casa de Cornelio (Hechos 10:44-46) El segundo ejemplo involucra a los gentiles: Mientras Pedro aún estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje. Los creyentes judíos que habían venido con Pedro se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo también se derramara sobre los gentiles, pues los oían hablar en lenguas y alabar a Dios.

3. Los Discípulos en Éfeso (Hechos 19:6) El tercer ejemplo es igualmente claro: Cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en lenguas y a profetizar.

Estos tres episodios demuestran consistentemente que hablar en lenguas fue la señal inequívoca de que alguien había recibido el bautismo del Espíritu Santo. Sin esta evidencia, no podemos concluir bíblicamente que alguien haya sido bautizado.


¿Por qué es importante hablar en Lenguas?

Hablar en lenguas no es simplemente un fenómeno curioso; tiene un propósito divino profundo:

1. Edificación Personal: Según 1 Corintios 14:4 (NTV), hablar en lenguas edifica personalmente al creyente: El que habla en una lengua extraña se edifica a sí mismo, pero el que profetiza edifica a la iglesia.

2. Comunión con Dios: Las lenguas son un lenguaje celestial que conecta directamente al creyente con Dios (1 Corintios 14:2, NTV) Quien habla en una lengua extraña no habla a los hombres, sino a Dios, ya que nadie lo entiende; en el Espíritu habla misterios.

3. Confirmación de la Presencia del Espíritu: Como hemos visto en Hechos, las lenguas actúan como una señal tangible de que el Espíritu Santo ha sido derramado.


Conclusión: Vivir la Promesa Completa

El bautismo del Espíritu Santo no es un lujo opcional para los creyentes; es una promesa divina disponible para todos los que buscan a Dios con sinceridad. Aunque todo creyente tiene al Espíritu Santo desde el momento de su conversión, el bautismo del Espíritu Santo es una experiencia adicional que trae poder y unción para vivir una vida plena y efectiva en Cristo.

Si todavía no has experimentado esta promesa, no temas buscarla. Jesús dijo: Pídanlo, y se les dará. (Mateo 7:7, NTV). Busca al Señor en oración, espera en su tiempo y prepárate para ser lleno del poder del Espíritu Santo.
Roger Casco

Pastor evangélico dedicado a plantar iglesias, formar discípulos y compartir el Evangelio con claridad. Autor del libro Su NOMBRE: ¿Jesús o Yeshúa?, considerado una joya de erudición apologética sobre los errores del Movimiento Judaizante. Apasionado por las Escrituras, cuenta con estudios en hebreo y griego bíblicos, teología, religiones y sectas. Su peregrinaje a Israel en 2008 fortaleció su comprensión de las profecías bíblicas. Casado, padre de dos hijos y disfruta jugar ajedrez.emailexternal-link

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