El Diezmo: ¿Vigente o Abolido para los Cristianos?

A lo largo de la historia, el tema del diezmo ha sido uno de los más discutidos dentro del cristianismo. Tristemente, los creyentes tampoco son la excepción cuando se trata de ser generosos con su Iglesia, han entregado su corazón, pero no sus billeteras.

Mientras algunas iglesias enseñan que sigue siendo un mandato obligatorio para los creyentes, otros argumentan que fue una ordenanza exclusiva del Antiguo Testamento, abolido con la venida de Cristo. Surge entonces una pregunta clave: ¿Es el diezmo un principio vigente para la iglesia hoy o fue parte del sistema de la ley mosaica que quedó abolido? En este artículo, exploraremos el origen, propósito y enseñanzas bíblicas sobre el diezmo, analizando tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, para descubrir qué dice realmente la Biblia sobre esta práctica.


El Origen del Diezmo: Más Allá de la Ley Mosaica.

El término "diezmo" proviene del hebreo maaser, que significa "la décima parte". En la Biblia, el diezmo se presenta como una forma de ofrendar a Dios una porción de los bienes recibidos, reconociendo su provisión y autoridad. Sin embargo, el diezmo no es exclusivo de Israel ni de la ley mosaica. De hecho, existen evidencias históricas y bíblicas que demuestran que esta práctica era común en la región, civilizaciones antiguas como Egipto, Mesopotamia y Canaán, donde las personas ofrecían una parte de sus ingresos a los templos y sacerdotes como tributo sagrado.

Por ejemplo, el diezmo aparece en la Biblia incluso antes de la ley mosaica. En Génesis 14:18-20, vemos cómo Abraham entrega los diezmos de todo a Melquisedec, sacerdote del Dios Altísimo, después de recibir su bendición. Este acto no fue un mandato impuesto, sino una acción voluntaria de devoción y gratitud hacia Dios. Del mismo modo, en Génesis 28:20-22, Jacob promete apartar el diezmo como parte de su pacto con Dios. Estos casos muestran que el diezmo existía como una práctica espiritual espontánea antes de ser instituido formalmente en la ley de Moisés.


El Diezmo en la Ley Mosaica: Un Sistema Integral.

Con la entrega de la ley en el monte Sinaí, el diezmo dejó de ser una práctica voluntaria y se convirtió en un mandato establecido por Dios para el pueblo de Israel. Muchísimos creyentes ignoran que, bajo la ley mosaica, existían tres diezmos, y cada uno de ellos, cumplía tres propósitos principales:

1. Diezmo Levítico (Números 18:21-24): La décima parte de las cosechas y del ganado se destinaba al sostenimiento de los levitas, quienes no tenían herencia territorial en Israel y estaban dedicados al servicio del tabernáculo.

2. Diezmo de las Fiestas (Deuteronomio 14:22-27): Este diezmo se apartaba anualmente para ser consumido en Jerusalén durante las fiestas religiosas, permitiendo al pueblo adorar y celebrar en comunión con Dios.

3. Diezmo para los Pobres (Deuteronomio 14:28-29): Cada tres años, los excedentes de los diezmos se almacenaba en las ciudades y se destinaba a los extranjeros, huérfanos y viudas, reflejando el principio de justicia y compasión.

Estos diferentes tipos de diezmos sumaban más del 10% anual, dependiendo del año, y funcionaban como un sistema de sostenimiento para el sacerdocio, las festividades solemnes y de bienestar social para los necesitados.

4. Diezmo de los Diezmos. Existe un cuarto diezmo del que no hemos hablado, y es que los siervos de Dios que reciben diezmos también deben diezmar.

En el Antiguo Testamento, este principio se conoce como el "diezmo de los diezmos". Según Números 18:26-28, los levitas, quienes recibían el diezmo del pueblo de Israel como provisión por su servicio en el tabernáculo, tenían la responsabilidad de entregar un diezmo de lo que recibían como ofrenda especial al Señor. Este diezmo, a su vez, era destinado al sostenimiento de los sacerdotes (los descendientes de Aarón), quienes tenían un rol aún más específico dentro del ministerio religioso. Este mandato refleja que todos, sin excepción, están llamados a ser generosos y responsables con lo que Dios ha confiado, recordándonos que todo pertenece a Él y debemos manejarlo con integridad.


Las Promesas de Dios Relacionadas con el Diezmo.

Dios vinculó el cumplimiento del diezmo con promesas de provisión, protección y bendición. En Malaquías 3:10, Él desafía a Israel a probarlo en este aspecto:

Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

Estas promesas incluían:

- Bendición sobre la tierra y provisión abundante.

- Protección contra plagas y dificultades económicas.

- Sostenimiento para los levitas, sacerdotes, festividades y seguridad para los pobres.


Sin embargo, cuando Israel descuidaba esta práctica, enfrentaba consecuencias espirituales y económicas, como lo denuncian los profetas Isaías, Jeremías y Malaquías.


El Diezmo en el Nuevo Testamento: ¿Obligación o Principio?

En el tiempo de Jesús, el diezmo seguía siendo una práctica religiosa establecida en la ley de Moisés. Sin embargo, Jesús jamás cuestionó su validez, sino la actitud detrás de su cumplimiento. En Mateo 23:23, Él reprende a los fariseos por centrarse en el diezmo de hierbas insignificantes mientras descuidaban aspectos más importantes de su santidad ante la ley, como la justicia, la misericordia, la fe y el testimonio público.

En el Nuevo Testamento, no se menciona explícitamente el diezmo como un mandato para los cristianos, pero tampoco habla de su prohibición. Sin embargo, el principio de generosidad y el reconocimiento de que todo pertenece a Dios siguen siendo fundamentales en el corazón de la Iglesia. En 2 Corintios 9:7, Pablo exhorta:

Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.


El Verdadero Propósito del Diezmo

Basándonos en las Escrituras, podemos concluir que el diezmo tiene un propósito más profundo que simplemente cumplir una obligación legal. Aquí algunos principios clave:

1. Reconocimiento de la Soberanía de Dios: Todo lo que poseemos pertenece a Dios (Salmo 24:1). Al dar el diezmo, reconocemos su provisión y autoridad sobre nuestras vidas. Por tanto, es una disciplina que amerita ser practicada y compartida.

2. Acto de Gratitud y Adoración: El diezmo no es una fórmula para obtener riquezas materiales, sino una expresión de gratitud por todo lo que Dios nos ha dado. Debemos ser generosos con Dios y su Iglesia.

3. Generosidad Voluntaria: En la nueva alianza, el énfasis está en la actitud del corazón. Dar debe ser un acto voluntario, lleno de alegría y generosidad, no una carga legalista.

4. Sostenimiento de la Obra de Dios: Así como en el Antiguo Testamento el diezmo sostenía a los levitas y al templo, en el Nuevo Testamento los cristianos están llamados a apoyar la predicación del evangelio, mantener a sus pastores y siervos, así como el cuidado de los necesitados de la congregación (1 Corintios 9:13-14).


Conclusión: Vivir con un Corazón Generoso

El diezmo no es un requisito para la salvación, ni una fórmula mágica para obtener prosperidad material. Más bien, es una oportunidad para expresar nuestra gratitud, fe y confianza en Dios. Como cristianos, estamos llamados a ser generosos y a administrar nuestros recursos con sabiduría, siempre priorizando el amor, la justicia y la misericordia.

Te invitamos a reflexionar sobre este tema y a tomar decisiones que honren a Dios. ¡Hazlo! Recuerda que lo más importante es el corazón con el que lo haces. Que nuestro dar sea siempre una respuesta gozosa al amor inmerecido de Cristo.


¿Qué opinas sobre el diezmo? Déjanos tus comentarios y comparte este artículo con otros para que juntos podamos crecer en entendimiento y obediencia a la Palabra de Dios.
Roger Casco

Pastor evangélico dedicado a plantar iglesias, formar discípulos y compartir el Evangelio con claridad. Autor del libro Su NOMBRE: ¿Jesús o Yeshúa?, considerado una joya de erudición apologética sobre los errores del Movimiento Judaizante. Apasionado por las Escrituras, cuenta con estudios en hebreo y griego bíblicos, teología, religiones y sectas. Su peregrinaje a Israel en 2008 fortaleció su comprensión de las profecías bíblicas. Casado, padre de dos hijos y disfruta jugar ajedrez.emailexternal-link

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