Las fiestas judías, establecidas por Dios en el Antiguo Testamento, no eran solo celebraciones históricas, sino "sombra de lo que había de venir" (Colosenses 2:17). La Pascua es un ejemplo poderoso de esto. En este estudio, exploraremos cómo la muerte de Cristo Jesús en el 14 de Nisán cumplió proféticamente cada detalle de esta fiesta. Nos enfocaremos en los eventos de ese día, desde su crucifixión hasta su muerte en la cruz, y su conexión con el cordero pascual. La resurrección, un tema igualmente profundo, lo abordaremos en un siguiente estudio.
El Contexto de la Pascua: El Cordero y su Significado Profético.
La Pascua (Pésaj) fue instituida por Dios en Éxodo 12 como un recordatorio de la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto. Cada familia debía sacrificar un cordero sin defecto y marcar con su sangre los dinteles de sus puertas. Esta sangre los protegería del juicio de Dios (Éxodo 12:1-13), todo esto ocurrió un 14 de nisán. Este cordero era una sombra de lo que había de venir: Cristo Jesús, el "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29).
A las 09:00 AM inició su Crucifixión.
El día de la crucifixión comenzó temprano. Según Juan 19:14, fue a la hora sexta romana del 14 de nisán, que Pilato entregó a Jesús a los judíos para que fuese crucificado, es decir a las 06:00 am del día de la Pascua.
Después de ser juzgado por Pilato, Cristo Jesús fue obligado a cargar su cruz hacia el Gólgota, como dice Juan 19:17. Un lugar fuera de las murallas de Jerusalén. Este recorrido, conocido como el vía crucis, tenía una distancia aproximada de medio kilómetro, desde el pretorio de Pilato hasta el lugar de la crucifixión. Aunque físicamente agotador, este camino simbolizaba su entrega voluntaria para cumplir la voluntad del Padre.
A las 09:00 am (la hora tercera judía), Cristo Jesús fue crucificado. Está escrito en Marcos 15:25 Era la hora tercera cuando le crucificaron. (RVR1960)
Para comprender esta cronología, es importante notar que los judíos contaban las horas del día desde la salida del sol, alrededor de las 06:00 am. Así, la "hora tercera" corresponde a las 09:00 am, la "hora sexta" al mediodía y la "hora novena" a las 03:00 pm.
Marcos nos da las horas, según el horario judío. Mientras que, Juan en el horario romano. Esta diferencia ha generado confusión en algunas interpretaciones, pero la sincronización de los eventos con la Pascua judía refuerza la exactitud del relato bíblico.
A las 12:00 M inició su Agonía en la Cruz.
Al mediodía (es decir, la hora sexta), un acontecimiento sobrenatural ocurrió: la tierra quedó en tinieblas hasta las 03:00 pm. Este momento marcó el inicio de su agonía, ya que la crucifixión no solo era un castigo físico, sino que provocaba una muerte lenta por asfixia progresiva, shock hipovolémico y el trauma cardíaco.
Cuando llegó la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y a la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloí, Eloí, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? (Marcos 15:33-34, RVR1960)
Este suceso coincidía con el sacrificio del cordero pascual en el templo, que se realizaba "entre las dos tardes" (Éxodo 12:6), es decir, entre el mediodía y el atardecer. Cristo Jesús, el Cordero perfecto, fue levantado en la cruz para cumplir el propósito redentor de Dios. Su agonía continuó hasta la hora novena (03:00 pm), cuando entregó su espíritu.
A las 03:00 PM murió.
A las 03:00 pm (la hora novena), Cristo Jesús exclamó: "Consumado es" (Juan 19:30). Con estas palabras, declaró que su misión redentora estaba completa. En ese mismo instante, el velo del templo se rasgó de arriba abajo (Mateo 27:51), simbolizando que el acceso a Dios ya no estaba limitado por sacrificios temporales, sino que había sido abierto para siempre por el sacrificio perfecto de Cristo.
La Correlación de Cristo con el Cordero Pascual.
El 14 de Nisán, los judíos sacrificaban el cordero pascual en el templo. Este cordero debía ser sin defecto (Éxodo 12:5), y Cristo Jesús fue el único hombre sin pecado (Juan 19:4, 1 Pedro 2:22). Su muerte no solo cumplió la ley, sino que también estableció un nuevo pacto entre Dios y la humanidad.
Conclusión: El Significado Eterno de su Muerte.
Apocalipsis 1:18 afirma que Cristo murió, y su muerte el 14 de Nisán, en la fiesta de la Pascua, no fue una coincidencia, esta fiesta profetizaba lo que le acontecería al Cordero de Dios, en cumplimiento perfecto de las profecías y las sombras del Antiguo Testamento. Su sacrificio nos recuerda que el pecado requiere un pago, y que sólo a través de su sangre podemos ser perdonados y reconciliados con Dios.
Como dijo el apóstol Pablo en 1 Corintios 5:7: Porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros (RVR1960). Hoy, esta verdad sigue vigente: Cristo, nuestro Cordero Pascual, Él es nuestra Pascua, entregó su vida por nosotros. ¡Aleluya! ¡Amén!