Respuesta estrictamente bíblica: ¿Cesaron los Profetas después de Juan el Bautista?

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Y después de esto, será que derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. (Joel 2:28-29, RVR1960)

El propósito de este artículo es ofrecer una respuesta estrictamente bíblica a la pregunta de si los profetas cesaron después de Juan el Bautista. No se trata de interpretaciones humanas ni de tradiciones teológicas, sino de un análisis directo y fiel de las Escrituras para determinar qué dicen sobre este tema.


La Misión de los Profetas hasta Juan el Bautista

Jesús mismo declaró en Mateo 11:13: "Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan." Algunos han interpretado esta declaración como una indicación de que el ministerio profético terminó con Juan el Bautista. Sin embargo, esta lectura carece de contexto bíblico. Jesús no estaba anunciando el fin absoluto del ministerio profético, sino señalando que la misión específica de los profetas del Antiguo Testamento —preparar el camino para su venida— había llegado a su plenitud en Juan. Pero eso no significaba que el ministerio profético como tal terminara. Por el contrario, el Nuevo Testamento revela que el ministerio profético no solo continuó, sino que experimentó una expansión significativa.


La Promesa de Joel y su Cumplimiento en Pentecostés

En Hechos 2:17-18, el apóstol Pedro cita la profecía de Joel, destacando que el derramamiento del Espíritu Santo traería un tiempo en el que "vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán." Esta declaración no solo confirma que el ministerio profético continuaría después de Juan, sino que también señala su ampliación a todas las personas, sin distinción de género o estatus social. La afirmación de que los profetas cesaron tras Juan el Bautista contradice claramente esta enseñanza bíblica.


El Ministerio Profético en la Iglesia Primitiva

El apóstol Pablo subraya la importancia del ministerio profético en la iglesia primitiva. En Efesios 4:11, enumera a los profetas como parte esencial de la estructura de la iglesia, junto con los apóstoles, evangelistas, pastores y maestros. Además, en 1 Corintios 14, dedica un capítulo entero a regular el ejercicio del don profético, instruyendo a los creyentes sobre cómo operar en este don. Pablo anima a los creyentes a "procurar los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis" (1 Corintios 14:1), destacando que el ministerio profético edifica a la iglesia (1 Corintios 14:4). Si el don profético hubiera cesado, ¿por qué Pablo lo habría animado tan enfáticamente?


Ejemplos de Profetas en el Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento está lleno de ejemplos de hombres y mujeres que ejercieron el ministerio profético:

*Ana, la profetisa de Lucas 2:36-38, anunció al Mesías a quienes esperaban su venida.

*Agabo, mencionado en Hechos 11:27-28 y Hechos 21:10-11, profetizó sobre eventos futuros, como la hambruna en el mundo romano y la prisión de Pablo.

*Judas y Silas, según Hechos 15:32.

*En la Iglesia de Antioquía había varios profetas y maestros. Entre ellos: Bernabé y Lucío, según Hechos 13:1.

*Las cuatro hijas vírgenes de Felipe, mencionadas en Hechos 21:9, también profetizaban, cumpliendo así la promesa de Joel de que tanto "hijos como hijas profetizarán".

*Incluso el apóstol Juan, autor del libro de Apocalipsis, ejerció un ministerio profético al recibir visiones divinas sobre eventos futuros (Apocalipsis 1:1). Este libro entero es un testimonio vivo del ministerio profético en acción, décadas después de la venida de Cristo.


Un Cambio en el Énfasis del Ministerio Profético

Es importante notar que la naturaleza del ministerio profético cambió después de Cristo. Mientras que en el Antiguo Testamento los profetas principalmente anunciaban eventos futuros y llamaban al arrepentimiento, en el Nuevo Testamento el énfasis se desplazó hacia la edificación, exhortación y consolación (1 Corintios 14:3). Los profetas del Nuevo Testamento no reemplazaban la autoridad de las Escrituras, sino que complementaban la obra de Dios en la iglesia mediante revelaciones específicas para situaciones particulares.


Conclusión

Bíblicamente es imposible sostener que el ministerio profético cesó después de Juan el Bautista. El Nuevo Testamento está repleto de ejemplos de hombres y mujeres que ejercieron este don, desde Agabo y Ana hasta las hijas de Felipe y el propio apóstol Juan.

Quien afirme que los profetas cesaron después de Juan el Bautista está enseñando algo contrario a la Biblia. La promesa de Joel se cumplió plenamente en la iglesia primitiva, y su impacto sigue resonando hoy en día. Como dijo Pablo: "Procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis" (1 Corintios 14:1). Si el apóstol consideraba el don profético tan vital, ¿cómo podemos pensar que dejó de existir?

La conclusión es clara: los profetas no cesaron después de Juan el Bautista. Su ministerio continuó en la iglesia primitiva y sigue siendo un don valioso para la edificación del cuerpo de Cristo.
Roger Casco

Pastor evangélico dedicado a plantar iglesias, formar discípulos y compartir el Evangelio con claridad. Autor del libro Su NOMBRE: ¿Jesús o Yeshúa?, considerado una joya de erudición apologética sobre los errores del Movimiento Judaizante. Apasionado por las Escrituras, cuenta con estudios en hebreo y griego bíblicos, teología, religiones y sectas. Su peregrinaje a Israel en 2008 fortaleció su comprensión de las profecías bíblicas. Casado, padre de dos hijos y disfruta jugar ajedrez.emailexternal-link

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