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"Cuando un hombre o una mujer hiciere voto especial, voto de nazareo, para consagrarse a Jehová..." – Números 6:2 (RVR60)
El libro de Números se escribió aproximadamente en el siglo XV a. C. (cerca del 1400 a. C.). Desde la antigüedad, el hombre que ha tenido un encuentro con Dios ha buscado consagrarse a Él cada día más. Consagrarse es apartarse para Dios, una acción voluntaria para santificarse, separándose del resto para honrar a Dios.
Números 6:1-21 detalla el concepto del Voto Nazareo. La palabra hebrea nazir significa: 'apartado, consagrado, dedicado y separado'. Este voto es una de las disciplinas espirituales más interesantes y, tristemente, menos practicadas. Nos ofrece una ventana a la seriedad de la santificación personal que Dios espera de su pueblo.
El propósito central del voto es simple: abandonar una práctica común y humana para dedicarse a una más edificante y espiritual.
1. Voluntad y Universalidad: La Oportunidad de Consagrarse
La ley del nazareo es notable porque se originaba en la voluntad del individuo, no en un mandato sacerdotal o tribal. No era una obligación, sino una decisión personal.
¿Quiénes podían hacer el Voto?
El voto era accesible a toda la comunidad de Israel. Números 6:2 especifica: "Cuando un hombre o una mujer hiciere voto especial..."
El requisito era puramente de intención: un deseo voluntario de consagrarse a Jehová por un tiempo determinado. Esto demostraba que la santidad y la dedicación no eran exclusivas de sacerdotes o levitas, sino un privilegio universal para todo el pueblo.
¿Cuánto tiempo duraba como mínimo?
El texto de Números 6 no establece un número exacto de días, pero leemos la frase: "Todo el tiempo del voto de su consagración" y "hasta que sean cumplidos los días de su consagración" (Números 6:5). Para la rama que ha practicado esta disciplina por milenios, la tradición rabínica estableció un tiempo mínimo de treinta días. Este periodo permitía que la abstinencia y el crecimiento del cabello fueran un testimonio real y notorio.
2. Componentes Irrenunciables: Renuncia en Favor de la Santidad
El corazón del voto nazareo reside en tres abstinencias específicas que simbolizaban una renuncia total a los placeres comunes en favor de la santidad:
Abstinencia de la Vid: Prohibición total de consumir todo lo que proviniera de la vid. La vid y el vino simbolizaban el gozo terrenal y la vida social plena. Al renunciar a esto, el nazareo declaraba que su gozo y plenitud venían exclusivamente de Dios, no de fuentes terrenales (Números 6:3-4).
No Cortarse el Cabello: "No pasará navaja sobre su cabeza; será santo; dejará crecer el cabello de su cabeza." (Números 6:5). El cabello largo era la señal visible del pacto. Representaba la humildad, la dependencia y la corona de su consagración.
Evitar el Contacto con Muertos: Esta es una referencia a la extrema santidad. La prohibición se extendía a la propia familia. El contacto con la muerte era la máxima fuente de impureza ritual. La consagración a Dios era tan vital que no podía ser interrumpida, ni siquiera por el lamento familiar. El nazareo era, durante ese tiempo, propiedad exclusiva de Dios (Números 6:6-7).
3. Casos Bíblicos de Nazareos Notables
El voto nazareo no es cosa del pasado. Tenemos evidencias bíblicas y su práctica ha persistido a lo largo de la historia.
Sansón: Su nazareato fue una imposición divina desde el vientre materno, enfocado en la liberación de Israel.
Jueces 13:5: "Porque he aquí que concebirás, y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento..." (RVR60).
El Profeta Samuel: Su madre, Ana, lo dedicó por voto.
1 Samuel 1:11: "...yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza." (RVR60).
Juan el Bautista: Cumplió el requisito de abstinencia de la vid.
Lucas 1:15: "No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo..." (RVR60).
El Apóstol Pablo: Participó en votos temporales, como se indica en Hechos 18:18 y 21:23-26. Esto demuestra que la disciplina era utilizada por los judíos conversos para honrar a Dios. Al viajar a una nueva misión evangelística iniciaba su voto, y al finalizar su tarea, rasuraba su cabeza.
4. Aplicación Práctica: Nuestro Voto de Consagración Hoy
Los cristianos podemos ejercer esta disciplina espiritual. Como creyentes, somos llamados a ser "templo del Espíritu Santo" (1 Corintios 6:19), lo que implica una consagración permanente. Para ello, debemos aplicar los principios del nazareato:
Renunciar al Ocio y al Placer (El Vino): La ley nos desafía a identificar y renunciar voluntariamente a aquellas cosas lícitas (entretenimiento, redes sociales, hábitos) que nos impiden una comunión profunda. La consagración requiere desprendimiento.
El Testimonio (El Cabello): Nuestro testimonio debe ser visible. La vida del creyente debe ser apartada y diferente, llevando una marca que testifique de nuestra dedicación a Cristo, con ética, integridad y diligencia.
La Santidad (Los Muertos): Debemos evitar la contaminación espiritual y moral. Separarnos de toda fuente de corrupción, crítica vana o pensamiento impuro. La meta es mantener una santidad ininterrumpida en el corazón.
Conclusión y Consejos Prácticos
El Voto del Nazareo es un compromiso espiritual serio que requiere disciplina. Es un compromiso especial en la vida cotidiana que puede elevar nuestra devoción. Esto nos recuerda que la disciplina con santidad debe ser una exigencia personal de todos los que anhelamos más de Dios para nuestras vidas.
No confundir 'Jesús Nazareno o Jesús el Nazareno' con el 'Voto Nazareo'. La primera es una referencia de la procedencia de Jesús, es decir de Nazaret, por eso se le conocía como el nazareno.
¿Quiere hacer un Voto Nazareo de Propósito?
Sea específico y puntual: Que el tiempo sea claro y no negociable. Por ejemplo, realizar un ayuno tecnológico por 30 días por un mes de lectura bíblica intensiva.
Identifique su "Vino": Sea franco y crítico. ¿Qué placer lícito se ha vuelto un obstáculo? ¿Qué hábito de consumo le impide ser más dadivoso? La excelencia requiere que eliminemos lo que nos hace medianos.
Dé un Testimonio: La gente debe ver que usted ha puesto sus ojos en algo más grande. Esto se refleja en su compromiso, en su seriedad y en la calidad con la que trata a otros.
Consagrarse es un privilegio: La disciplina de su consagración le dará resultados. La consagración total, por voluntad, es el camino más directo hacia la profundidad y la intimidad con Dios.