Introducción
Hermanos, la semana pasada hablamos sobre la responsabilidad de votar y las consecuencias espirituales de nuestras decisiones electorales. Vimos cómo Israel rechazó el gobierno de Dios para tener un rey como las demás naciones, y aprendimos que cuando el cristiano no sabe votar, desecha la voluntad de Dios para la nación.
Hoy avanzamos en nuestra serie "Fe y Política" con una pregunta crucial: Si debemos votar, ¿por quién debemos votar? ¿Qué características debe tener un candidato para que nuestro voto honre a Dios?
Aquí está lo fascinante: Dios lo sabía todo desde antes. Cuatrocientos años antes de que Israel pidiera un rey, mientras Moisés estaba preparando al pueblo para entrar a la Tierra Prometida, Dios le reveló el futuro.
(Deuteronomio 17:14-15 RVR1960) Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores; ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere…
Cuatro siglos después, la profecía se cumplió. Israel pidió un rey. Y Dios no solo anticipó la petición, sino que estableció el perfil del candidato idóneo que debían buscar.
Hoy vamos a estudiar ese Perfil del Candidato Idóneo.
Proposición
Los cristianos debemos votar por el candidato más cercano al perfil que Dios establece.
Transición: Conozcamos los seis requisitos de un candidato idóneo que encontramos en la Biblia, en Deuteronomio 17:
Desarrollo
1. Un candidato 'hermano', nacido en la nación
(Deuteronomio 17:15 RVR1960) Ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano.
El primer requisito es la identidad. Dios exigió un rey nacido de entre ellos, no un extranjero. ¿Por qué? Porque un "hermano" es un ciudadano por nacimiento, alguien que conoce las necesidades del pueblo, que ha vivido su contexto y comparte sus mismos intereses.
Un extranjero, en cambio, ignora nuestra cultura, no entiende nuestros problemas cotidianos y, como advierte el texto, podría traer dioses ajenos e ideologías contrarias a nuestra nación y a nuestra fe. Dios demanda un liderazgo que surja del pueblo.
2. Un candidato que sea capaz, pero no se fíe en el poder militar
(Deuteronomio 17:16 RVR1960) Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por este camino.
Los caballos significaban poder militar; y Egipto era la superpotencia de esos días. Todos querían ser como Egipto, un rey (Faraón) y un gran ejército de carros halados por caballos. Inclusive Israel, quería ser como Egipto. Por ello Dios dice: "No confíen en el poder militar. No hagan alianzas con sistemas corruptos para buscar seguridad".
Ejemplo bíblico: Salomón ignoró esto. (1 Reyes 10:26) Salomón juntó 1,400 carros y 12 mil jinetes. Confió en su poder humano, y ese poder lo corrompió moralmente.
Pero, también este versículo añade que el candidato debe ser capaz: debe reunir los requisitos mínimos y la competencia para hacer frente al puesto que enfrenta. Pero, que su confianza no debe estar en su propia capacidad o en el poder militar.
3. Un candidato moralmente íntegro
(Deuteronomio 17:17a RVR1960) Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe...
Dios advierte inmediatamente sobre la falta de dominio propio.
Buscamos candidatos con familias estables, con reputación de honestidad, que no estén envueltos en escándalos de inmoralidad o violencia doméstica. No buscamos santos, pero sí personas que demuestren carácter.
Ejemplo bíblico: Nuevamente, Salomón. (1 Reyes 11:3) Tuvo 700 reinas y 300 concubinas, y esas mujeres desviaron su corazón a otros dioses. Su inmoralidad lo llevó a la idolatría.
Solo piense que el último hijo descendiente de Salomón y la reina de Sabá, murió en 1975, se llamaba Haile Selassie.
4. Un candidato que rechace la corrupción
(Deuteronomio 17:17b RVR1960) Ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia.
Dios es específico: un gobernante no debe usar su posición para el enriquecimiento ilícito. No debe robar al pueblo. La avaricia ciega. Buscamos candidatos con historial limpio. Sin embargo, hoy miramos los mismos rostros una y otra vez buscando una cuota de poder, sin importarles si ya perdieron credibilidad en otros partidos o puestos.
Ejemplo bíblico: Salomón, por tercera vez, quebrantó esto. (1 Reyes 10:27) Salomón hizo que la plata en Jerusalén fuera tan común como las piedras. Acumuló riquezas exorbitantes mientras el pueblo sufría bajo impuestos pesados.
5. Un candidato que respete la ley de Dios
(Deuteronomio 17:18-19 RVR1960) Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra.
Cada candidato conocía que al ser electo rey debía hacer su propia copia de la Biblia a mano. Tenía que leerla, meditarla y escribirla él mismo durante su reinado, cada día en el poder, para conocer profundamente su historia y a la voluntad de Dios. Un gobernante que no conoce la Palabra de Dios gobierna en tinieblas.
Ejemplo bíblico: El rey Josías. (2 Reyes 22:11) Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos. Se humilló e hizo reformas.
6. Un candidato que entienda el privilegio de servir al pueblo
(Deuteronomio 17:20 RVR1960) Para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
El conocimiento de la ley de Dios no era para envanecerse, sino para aprender humildad, es un privilegio servir a los demás. El propósito de leer la Biblia era que el rey recordara que, aunque estaba en el trono, no era superior al pueblo. Entiende que está para servir.
Ejemplo bíblico: (1 Reyes 12:14) Roboam llegó a ser rey, era hijo de Salomón. Roboam en la primera promesa que le hizo al pueblo al ser ungido rey, dijo: "Mi padre les hizo la vida difícil, pero yo la haré aún peor. Mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones".
Narrativa ilustrativa
Hermanos, imagine que está averiguando cómo es el albañil a quien piensa darle el proyecto de su casa. Y descubre que sus últimos dos proyectos: En el primero, se robó la mitad del cemento y los bloques. En el segundo, dejó el trabajo a medias porque tuvo problemas con el alcohol. Y cuando usted le pregunta por esos fracasos, el hombre responde con soberbia, echándole la culpa a los ayudantes y al clima.
Déjeme preguntarle: ¿Usted le daría a ese hombre los ahorros de su vida para que le construya su casa? ¡Jamás! Sería una locura.
¿Por qué, entonces, somos tan descuidados al elegir a quienes van a "construir" el futuro de la nación? Dios nos dio el perfil del candidato idóneo.
Cierre
Hermanos, estos 6 requisitos no son imposibles, son el estándar de Dios que debe reunir el candidato idóneo.
Israel, 39 reyes en total, solo 4 fueron fieles a Dios. Honduras también ha tenido 36 presidentes, de los cuales se dice que solo tres fueron decentes.
El 30 de noviembre tenemos otra oportunidad para levantar nuestra voz como nación. En nuestro contexto no vamos a encontrar un candidato perfecto, pero sí podemos buscar al que más se acerque al perfil que Dios quiere.
Muchos cristianos se paralizan frente a las urnas porque dicen: "Ningún candidato me gusta", "Todos son corruptos", "No sé por quién votar".
¿Qué hacemos si todos son corruptos y no encuentro por quién votar? ¿No votamos? ¿Anulamos la papeleta o la dejamos en blanco? ¿Qué debemos hacer?
Hermanos, la respuesta bíblica es clara: vote por el candidato que más se acerque al perfil que Dios establece, aunque esté lejos de ser perfecto.
No se rinda dejando de votar o anulando su voto permitiendo que otros decidan por usted. Dios nos llama a ser sal y luz, y eso incluye elegir el mal menor cuando no hay un bien perfecto.
(Mirando estos candidatos) Usemos el filtro de Dios para decidir. Alguno de ellos:
1. ¿Es ciudadano, conoce nuestros problemas o trae agendas extrañas?
2. ¿Es capaz para ejercer el cargo?
3. ¿Está envuelto en escándalos de inmoralidad y violencia?
4. ¿Rechaza la corrupción? ¿Tiene historial limpio?
5. ¿Respeta los valores cristianos o los desprecia?
6. ¿Es humilde para servir o solo busca poder?
No vote por tradición, por promesas o por miedo.
Yo ya tengo mi candidato al aplicar esto, aunque no sean de mi agrado. Pero, Dios me invita a votar por el bien de la nación.
Ahora, debemos ir y votar como cristianos, buscando el candidato más cercano al perfil que Dios nos ha entregado. Amén.
Oremos:
Padre celestial, gracias por darnos una guía clara en tu Palabra. Perdónanos por las veces que hemos ignorado estos requisitos y hemos votado por conveniencia. Te pedimos sabiduría para discernir entre los candidatos. Ayúdanos a ver más allá de las promesas y a evaluar el carácter. Guíanos a elegir al que más se acerque al perfil que tú estableces. Que nuestro voto honre tu nombre. En el nombre de Jesús, amén.
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