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Devocional Diario: Biblia para Vivir
Entonces Micaías dijo: Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso hablaré.— 1 Reyes 22:14 (RVR60)
En el capítulo 22, el rey Acab de Israel reunió a 400 profetas para demostrarle al rey Josafat de Judá que debían ir juntos a la guerra para recuperar algunas ciudades de manos de los sirios. Todos los profetas del gobierno de turno a una voz predijeron la victoria para los dos reyes, profetizando lo que los reyes querían oír. Pero, cuando se llamó a Micaías, el verdadero profeta de Dios, su voz no se unió al coro de los 400s, porque su lealtad estaba con Dios y nadie más.
Micaías les dijo a ambos reyes (de Israel y Judá) lo que habría de ocurrir si iban a guerra contra los sirios. Por hablar la verdad divina recibió una bofetada, y por mantenerse firme estaría encarcelado hasta que se cumpliera.
Cuando Dios realmente sea el centro de su vida, muchos le harán sentir menos. Su decisión de vivir en santidad y aferrarse a la verdad de Dios lo hará impopular, poco aceptado y hasta aborrecido por otros. Siempre pagaremos un precio por ser obedientes a Dios. Al final, el rey de Israel murió en batalla, tal como Micaías había profetizado, mientras que el rey de Judá, sobrevivió.
Manténgase firme aunque la verdad del Evangelio de Cristo sea impopular para otros, aunque la presión social lo lleve al rechazo, porque verás que siempre su verdad prevalecerá sobre todos.
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Oremos: Dios y Señor de la Verdad, le ruego que afirme mi corazón para que yo nunca ceda a la presión de la mayoría. Que mi santidad sea mi estandarte, aunque me cueste la aceptación de los demás. Concédele, oh Padre celestial, la fortaleza de Micaías para declarar siempre su Palabra. Que usted sea siempre mi centro y mi única prioridad. Amén.
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