Sermón: Democracia por Teocracia
INTRODUCCIÓN
Estamos viviendo días cruciales para nuestra nación. El último domingo de noviembre, ustedes y yo tenemos una cita con el futuro de Honduras: En las urnas, en las Elecciones Generales 2026-2030.
Se nos dice que la fe no debe mezclarse con la política, pero esa es una verdad diluida que evita la cruda realidad.
La verdad es esta: como ciudadanos, tenemos una responsabilidad profética y ciudadana como individuos de esta nación. Lo que elegimos o dejamos de elegir tiene profundas consecuencias espirituales y sociales.
Hermanos, la iglesia no debe estar inscrita a ningún partido político, pero cada cristiano tiene una brújula moral que debe usar para ejercer su voto.
Hoy iniciamos nuestra serie "Fe y Política" que estaremos abordando durante este mes, hoy estudiaremos: Democracia por Teocracia. Nos ubicamos en la época del profeta Samuel, cuando Israel exigió tener un Rey (un presidente) como las demás naciones.
(1 Samuel 8:5-9 RVR1960) Y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. Y conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo. Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.
PROPOSICIÓN
Cuando el cristiano no sabe votar desecha la voluntad de Dios para la nación.
TRANSICIÓN: Hoy veremos tres verdades sobre nuestra responsabilidad electoral sin buscar la voluntad de Dios:
DESARROLLO
1. El voto corrupto es pecado
Israel le dijo a Samuel: (1 Samuel 8:5 RVR1960) He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.
Dios había llamado a Israel a ser diferente a las demás naciones, inclusive en cómo se gobernaban. Pero, ahora ellos querían parecerse a sus países vecinos (como Egipto). Querían ser parte de lo que era tener un rey, un palacio presidencial, un ejército y vivir con impuestos.
Israel era gobernaba por jueces. Había uno por tribu, había varios jueces al mismo tiempo, también eran autoridades espirituales y civiles. Este sistema dependía completamente de la obediencia y la santidad del pueblo para Dios. Pero eso llevó a varios inconvenientes, especialmente porque la fe y la santidad los cansó. Depender de un Dios invisible les parecía agotador. Ellos no querían ser tan espirituales, la modernidad los conquistó. Todo era más fácil.
Piense por favor, oramos por el bien de la nación, queremos lo mejor para ella, pero a la hora de votar: seguimos votando por el candidato corrupto porque es de nuestro partido, o sencillamente por miedo a perder el trabajo o por la promesa que recibiremos algo.
¿Cuál es el resultado de votar bajo corrupción? Ya lo sabemos porque lo vivimos: nepotismo, ilegalidad, corrupción, inoperancia de las instituciones, la instrumentalización de la justicia, la pobreza, chantaje, amenaza y la impunidad.
¿Qué se puede esperar del futuro de la nación, si hasta los cristianos dan su voto a la corrupción? Sí somos cristianos, votemos como cristianos. Debemos votar pensando en lo que honra a Dios.
TRANSICIÓN: Nuestro voto es un deber cívico, y tiene consecuencias espirituales.
2. Nuestro voto tiene consecuencias espirituales para la nación y nuestras familias
(1 Samuel 8:7 RVR1960) No te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.
Samuel se sintió ofendido porque el pueblo no quería buscar a Dios, y lo mismo ocurría con sus hijos. Por eso pasaron de la Teocracia (el gobierno de Dios) a la Democracia (el gobierno del pueblo).
Israel no estaba simplemente cambiando de sistema político. Estaban diciendo: "Sí queremos que Dios nos bendiga, pero no bajo su gobierno sino bajo el poder de nuestro propio gobierno. Gobernarnos a nosotros mismos con la bendición de Dios."
En otras palabras, el surgimiento de la ‘Democracia’ es un acto de rebeldía del pueblo contra Dios. Es por eso que su voto y mi voto no solo es un deber cívico sino también una responsabilidad espiritual.
Nuestro voto puede convertirse en un acto de adoración y humillación para Dios cuando lo hacemos bien. Es la única oportunidad que tenemos como nación.
Y hay otro grupo que necesito confrontar: los que nunca han votado. Usted piensa que porque no vota está libre de culpa, que es neutral. Pero déjeme decirle algo: no votar no es neutralidad, es complicidad. Cuando usted no vota, está permitiendo que otros decidan por usted y por sus hijos. Está dejando que los corruptos ganen por su silencio.
(Santiago 4:17 RVR1960) Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
Usted sabe que debe votar, sabe que su voto puede marcar diferencia, pero no lo hace. Eso no es libertad, es pecado de omisión. No piense 'mi voto no sirve para nada', porque al final los que eligieron por usted son los que sí fueron a votar. Y cuando vivamos las consecuencias, usted no podrá decir: 'Yo no tuve la culpa'. Sí la tuvo, porque tuvo la oportunidad y la desperdició.
Dios nos juzgará como nación por cómo votamos.
Proverbios 29:2 (RVR1960) Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; más cuando domina el impío, el pueblo gime.
Dios no es neutro ante nuestras decisiones cívicas, tienen una consecuencia espiritual. Él está observando si buscamos su voluntad.
El profeta Daniel nos dijo claramente: (2:21, RVR1960) 21 Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.
Dios quita y pone reyes, por medio del voto del Pueblo, al darles sabiduría a los sabios y conocimiento a los entendidos.
TRANSICIÓN: Y si pensamos que nuestras malas decisiones no tienen consecuencias, necesitamos mirar nuestra realidad.
3. Los Candidatos Corruptos elegidos traen consecuencias que Dios no detendrá
Dios le dijo a Samuel: (1 Samuel 8:9 RVR1960) Oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.
Dios permitió que Israel tuviera sus reyes, y ocurrió lo que les advirtió: Los políticos se enriquecieron con lo público, pusieron a sus familiares en puestos clave, aumentaron los impuestos mientras el pueblo se empobrecía, cometieron abusos de autoridad, robaron, asesinaron y explotaron al pueblo. Y ocurrió la profecía de 1 Samuel 8:18 (RVR1960) Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día.
Israel se dividió por la corrupción. Primero tuvo tres reyes: Saúl, David y Salomón. Se subdividió en:
* Reino del norte (Israel), tuvo 19 reyes, todos malos según la Biblia.
* Reino del sur (Judá) tuvo 20 reyes, y sólo cuatro fueron buenos y fieles a Dios: Asa, Josafat, Ezequías y Josías. Todos los demás malos, según la Biblia.
* ¿Y nosotros? Hemos tenido 36 presidentes (incluida la Sra. Xiomara Castro de Zelaya) y se cuenta que lo mejor que tuvimos fueron tres: Marco Aurelio Soto, Juan Manual Gálvez y Ramón Villeda Morales.
¿Qué tan cierto es que el voto del pueblo es la voluntad de Dios? ¿Qué opinan ustedes? (Oseas 8:4 RVR1960) Ellos establecieron reyes, mas no escogidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos.
Cuando un pueblo elige sin consultar a Dios, sin buscar su dirección, está imponiendo su propia voluntad. Y Dios permite esa decisión, pero no la respalda. El resultado no refleja lo que Dios quería, sino lo que el pueblo escogió en rebeldía. Elegimos líderes para nosotros mismos, no los que Dios escogería para nosotros.
¿Por qué Dios no nos ayuda? Porque nosotros elegimos a los corruptos que no gobiernan al votar por ellos. Dios no va a rescatarnos de las consecuencias de nuestras malas decisiones electorales.
Honduras está como está porque así queremos estar. Hemos elegido por conveniencia, por dinero, por presión, por ignorancia. Inclusive los que no votan ya eligieron, “y no es lo que Dios quiera”, es lo que hemos dejado, y ahora vivimos la cosecha de esas decisiones.
CIERRE
Hermanos, pero no es tarde. El último domingo de noviembre tenemos otra oportunidad. ¡Vamos a votar!
(2 Crónicas 7:14 RVR1960) Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Cuando el cristiano no sabe votar desecha la voluntad de Dios para la nación.
Hermanos salgamos a votar y hagámoslo como para Dios.
Tres preguntas que nos pueden ayudar a votar bien:
1- ¿Este candidato honra los valores cristianos? No estamos buscando un santo, pero sí alguien que respete la fe, la ley y la dignidad humana.
2- ¿Estoy votando por conveniencia personal o por el bien de la nación? Sea honesto consigo mismo.
3- ¿He orado por esta decisión? Investigue sobre a quiénes vale la pena dar su voto. Piénselo y hable con Dios.
Recuerde que su decisión es importante para el futuro de nuestra nación, su familia y la de sus hijos. Salga a votar. Vote como cristiano. Vote buscando la voluntad de Dios para Honduras.
OREMOS: Padre celestial, venimos delante de ti reconociendo que tú eres el rey supremo sobre Honduras. Perdónanos por las veces que hemos votado sin buscarte, por haber puesto nuestros intereses por encima de tu voluntad. Te pedimos sabiduría para el último domingo de noviembre. Guíanos a elegir con inteligencia, con oración, con conciencia limpia. Que nuestro voto sea un acto de adoración, no de conveniencia. Sana nuestra tierra, Señor. Comienza esa sanidad en nosotros, tu pueblo. En el nombre de Jesús, amén.
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