La Palabra de Dios tiene el poder único de transformar nuestra perspectiva de todas las cosas, mostrándonos verdades que van más allá de lo evidente. Digo esto porque hay varios temas que, por falta de estudio o por repetición de prácticas populares, existen malinterpretaciones entre cristianos. Uno de ellos es la muerte, ¿es un ángel enviado por Dios? ¿un demonio que opera bajo su propio poder? O, como revela la Biblia, ¿es algo completamente distinto?
Error: "Reprendemos al espíritu de muerte"
Si has participado en intercesiones por enfermos, es común encontrar a una hermana o hermano que afirma: "Reprendemos al espíritu de muerte". Estas expresiones pueden sonar espirituales y bien intencionadas, pero, no son sanas.
También en mis primeros años como creyente, repetí esas oraciones sin cuestionarlas. Sin embargo, llegué a un punto en mi caminar con Dios donde sentí incomodidad espiritual al hacerlo. ¿Por qué? Porque cuando medité en lo que la Biblia dice, descubrí que esta práctica carece de fundamento bíblico y contradice la verdad revelada en las Escrituras.
En este estudio, exploraremos este tema con profundidad, basándonos exclusivamente en las Escrituras.
La Muerte en la Biblia es un Instrumento Soberano
a. La Muerte: Decisión Divina
El libro de Job nos ofrece una revelación profunda sobre la soberanía de Dios en la vida y la muerte. Después de perderlo todo, Job declaró (Job 1:21):
Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
¿Noto algo crucial en esa confesión? Job no culpó a Satanás por sus pérdidas, aunque sabemos que estaba involucrado en ellas. Job reconoció que, incluso en medio de la tragedia, Dios es soberano. La muerte no es un acto independiente de Satanás, sino una decisión que proviene de la mano de Dios.
En Job 2:6, Dios establece un límite claro a Satanás, prohibiéndole matar a Job. Aunque Satanás pueda ser un agente de sufrimiento, no tiene autoridad para quitar la vida sin el permiso divino.
Deuteronomio 32:39 (RVR1960) Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo sano; y no hay quien pueda librar de mi mano.
Solo Dios 'decide' quién vive y muere.
En Números 22:21-35, Dios envío un ángel para matar al espiritista Balaam, y fue cuando la burra habló alertándole sobre el ángel que estaba listo para arrebatarle la vida.
Este pasaje ilustra varias cosas, pero la principal radica en que Dios puede emitir un decreto de muerte a través de un ángel y, al mismo tiempo, retirarlo, según su misericordia soberana.
Cada uno de estos casos bíblicos y muchos más, nos permiten entender que la muerte es una decisión divina en el proceso de la vida, que siempre está bajo el control soberano de Dios.
b. La Muerte: Juicio Divino
En Apocalipsis 6:8, vemos cómo la muerte aparece representada como uno de los jinetes del Apocalipsis:
Y miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba se llamaba Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.
Aquí, este mensajero apocalíptico tiene la autorización divina de llevar la muerte por doquier, como instrumento de juicio. Es más, en los versículos previos, vemos que cada uno de los cuatro jinetes es enviado tras la apertura de los sellos por el Cordero, quien actúa en perfecta armonía con el plan divino.
¿Existe un "Ángel de la Muerte" o un "Demonio de la muerte" o ambos?
Como hemos aprendido ya, debemos eliminar cualquier idea de que Satanás, ángeles o demonios tengan autoridad propia para decidir sobre la vida humana, o que la muerte sea un ente espiritual.
Lo que la Biblia dice es que un ser espiritual puede estar autorizado por Dios puede matar temporalmente como parte de un juicio. Otros ejemplos:
- 2 Reyes 19:35, un ángel fue enviado por Dios para matar a 185,000 soldados asirios. Este ángel actuó como instrumento del juicio divino, como también ocurre con el jinete apocalíptico.
- Apocalipsis 9:15, inclusive ordena a los ángeles caídos a llevar a cabo juicios divinos de muerte:
Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora y día y mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.
- Éxodo 12:23, leemos cómo Dios envió un ángel destructor para ejecutar su juicio sobre Egipto durante la décima plaga:
Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no permitirá al ángel que destruya entrar en vuestras casas para herir.
Este ángel actuó bajo la autoridad divina, cumpliendo un propósito específico: liberar a Israel del cautiverio egipcio.
- Marcos 9:14-29, un padre llevó a su hijo a los discípulos de Jesús para que lo sanaran. El muchacho estaba poseído por un espíritu inmundo que lo atormentaba severamente y procuraba matarlo.
Y muchas veces le echa en el fuego y muchas veces en el agua, para matarlo; pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. (Marcos 9:22)
Este demonio causaba sufrimiento físico y emocional al muchacho e intentaba asesinarlo arrojándolo al fuego o al agua, pero no lo lograría sin autorización. Sin embargo, cuando Jesús intervino, reprendió al espíritu inmundo y lo expulsó, liberando completamente al muchacho:
Entonces Jesús, mirándolo, dijo: '¡Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él y no entres más en él!' Y clamando, y sacudiéndole mucho, salió; y quedó como muerto, de modo que muchos decían: 'Está muerto.' Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó, y se levantó. (Marcos 9:25-27)
Conclusión: Cambiemos Nuestra Perspectiva
La muerte no es un ángel ni un demonio, es consecuencia del pecado, y una sentencia divina de los últimos tiempos para la humanidad. La muerte es un instrumento soberano de Dios para cumplir sus propósitos eternos.
La muerte también morirá. Según Apocalipsis 20:14-15, será echada al lago de fuego, y nunca más existirá. No porque fuese un ser sino porque todo lo que debía morir dejará de ser. Piense por un momento lo siguiente, lo mejor que nos ha pasado es la muerte del Hijo de Dios.
Rom 6:23 (RVR1960) Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
En lugar de reprender la muerte, debemos proclamar la victoria de Cristo sobre ella. En lugar de temerla, debemos confiar en la promesa de que un día será destruida para siempre.
Y acontecerá que cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Devorada es la muerte por la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 1 Corintios 15:54-55 (RV60)
Que este estudio te ayude a ver la muerte desde la perspectiva bíblica y a fortalecer tu fe en el Dios soberano que todo lo controla.