Diezmo: ¿Boleto Dorado?

¿Diezmo es una garantía financiera para quienes la practican? Estudio Bíblico Profundo
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La pregunta resuena en muchos corazones: ¿Es el diezmo una garantía financiera? ¿Un contrato divino donde entregamos el 10% y Dios nos devuelve riquezas multiplicadas? La respuesta bíblica, examinada sin lentes teológicos preconcebidos, es más profunda y liberadora de lo que el mercantilismo espiritual sugiere.


Malaquías 3:10: El "Contrato" Examinado

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. (RVR60)

Este versículo es clave. Pero observemos:

Contexto: Dios habla a una nación infiel (Judá) que había robado a Dios al retener diezmos y ofrendas (Mal 3:8-9). Era un llamado al arrepentimiento y a restaurar la adoración correcta, no una fórmula de inversión.

Probadme ahora: Es una invitación única a una nación en pacto específico (el mosaico) para demostrar su fidelidad al restaurar la relación rota. No es una promesa universal permanente de riqueza a cambio de dinero.

Bendición hasta que sobreabunde: La "bendición" (hebreo berakah) es amplia: puede incluir provisión, paz, protección, cosechas, pero no está definida exclusivamente como riqueza financiera. La prioridad es "haya alimento en mi casa" - sostener el culto y a los levitas.


La Realidad de los Fieles Pobres

La Biblia está llena de siervos fieles que diezmaban o daban generosamente, pero no fueron ricos:

* Los Profetas: Vivieron a menudo en pobreza y persecución.
* Jesús: No tuvo dónde recostar su cabeza (Mateo 8:20). Sus seguidores dejaron todo, no para enriquecerse.
* La Viuda Pobre: Dio todo lo que tenía (dos blancas), pero no se registra un viento de riqueza posterior; su elogio fue por su entrega sacrificial, no por un retorno financiero (Marcos 12:41-44).
*Pablo: Experimentó abundancia y escasez, aprendiendo a contentarse en toda situación (Filipenses 4:11-12). Su "bendición" fue Cristo, no riquezas.


Principios Innegociables

1. Adoración, no Transacción: El diezmo en el Antiguo Testamento era parte integral de la adoración y el sostenimiento del sistema tribal (levitas) y social (pobres, extranjeros). Era reconocer que todo viene de Dios (Deuteronomio 8:18, 1 Crónicas 29:14). Convertirlo en un pago por favores divinos distorsiona su esencia.

2. Justicia y Misericordia Primero: Dios reprendió a quienes diezmaban meticulosamente pero descuidaban la justicia, la misericordia y la fidelidad (Mateo 23:23, Amós 5:21-24). ¡Un diezmo sin corazón justo es hueco!

3. El "Costo" de Seguir a Cristo: Jesús nunca prometió riquezas terrenales a sus discípulos. Más bien, habló de tomar la cruz, negarse a sí mismo y poner el Reino primero (Mateo 16:24, Lucas 14:33). La bendición suprema es la relación con Él y la vida eterna.

4. La Generosidad Gozosa: El Nuevo Testamento trasciende la ley del diezmo para enfatizar un principio mayor: Dar con Alegría: 2 Corintios 9:7, Sostener la Obra y a los Necesitados: 1 Corintios 9:14, la obra de la iglesia y ayudar a los pobres como Hechos 4:34-35 y Gálatas 2:10, Invertir en lo Eterno: Lucas 12:33... de manera que nuestra mayor seguridad no está en cuentas bancarias, sino en Dios y en tesoros celestiales (1 Timoteo 6:17-19).


Conclusión: ¿Garantía o Confianza?

No, el diezmo bíblico no es una garantía financiera. Es un error grave reducir la fidelidad de Dios a una ecuación económica. La Biblia muestra fieles que prosperaron y fieles que sufrieron escasez.

El diezmo es, fundamentalmente, un acto de:

1. Reconocimiento: De Jehová es la tierra y su plenitud. (Salmo 24:1 RVR60).
2. Adoración: Devolver a Dios una porción de lo que Él nos da.
3. Obediencia: Como principio de sostén de la obra de Dios hoy.
4. Confianza: Actuar creyendo que Dios proveerá, sin exigirle resultados específicos.
5. Gratitud: Nosotros queremos contribuir con lo que Dios mismo nos ha dado.
6. Generosidad: Dios es generoso con nosotros, y por eso bendecimos a la familia de la fe.
7. Testimonio: Los creyentes queremos agradarle con nuestra vida y recursos.

La verdadera "garantía" bíblica no es la riqueza terrenal, sino la fidelidad de Dios para suplir nuestras necesidades y la bendición incomparable de una vida en obediencia y comunión con Él. Dar, ya sea el diezmo o con generosidad que lo supere, debe fluir de un corazón agradecido que busca primero el Reino de Dios (Mateo 6:33), confiando en que Él, en su sabiduría y amor, cuidará de nosotros. La inversión más segura es en el Reino eterno, no en promesas temporales de oro.

Filipenses 4:19 (RVR60) Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Roger Casco

Pastor evangélico dedicado a plantar iglesias, formar discípulos y compartir el Evangelio con claridad. Autor del libro Su NOMBRE: ¿Jesús o Yeshúa?, considerado una joya de erudición apologética sobre los errores del Movimiento Judaizante. Apasionado por las Escrituras, cuenta con estudios en hebreo y griego bíblicos, teología, religiones y sectas. Su peregrinaje a Israel en 2008 fortaleció su comprensión de las profecías bíblicas. Casado, padre de dos hijos y disfruta jugar ajedrez.emailexternal-link

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