¿Cómo debemos manejar las Lenguas Públicas en la Iglesia?

El hablar en lenguas públicamente en la iglesia puede ser un tema delicado si no se maneja correctamente. Aunque es un don legítimo del Espíritu Santo, su uso desordenado o sin comprensión puede generar confusión, división, miedos o incluso abrir puertas a manifestaciones espirituales indebidas. En 1 Corintios 14, el apóstol Pablo nos proporciona instrucciones claras y prácticas para manejar este don dentro de la congregación. A continuación, exploraremos cómo aplicar estas enseñanzas de manera sencilla, práctica y fiel a la Palabra de Dios.


1. El Propósito de las Lenguas Públicas: Edificación Colectiva

Uno de los errores más comunes al usar las lenguas en público es olvidar su propósito principal: edificar al cuerpo de Cristo. Como dice Pablo en 1 Corintios 14:12:

Así también vosotros, puesto que deseáis dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesia.

Esto significa que cualquier manifestación pública debe tener como objetivo fortalecer a toda la congregación, no solo a la persona que habla. Si alguien se levanta a hablar en lenguas sin interpretación, deja al resto de la iglesia sin comprender el mensaje. Por lo tanto, las lenguas públicas deben cumplir con ciertos protocolos bíblicos para ser útiles y edificantes.


2. Principio clave para el Uso Público de las Lenguas

Pablo establece pautas específicas para mantener el orden y evitar confusiones. Aquí están los principios clave:

a. No más de tres personas deben hablar públicamente en lenguas durante una reunión

En 1 Corintios 14:27, Pablo dice:

Si alguno habla en lengua desconocida, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete.

Este límite es crucial para evitar caos. Imagina una reunión donde cinco o seis personas comienzan a hablar en lenguas simultáneamente sin interpretación. Esto no solo confunde a la congregación, sino que también puede ofender a visitantes o incrédulos, quienes podrían pensar que algo mal está ocurriendo (1 Corintios 14:23).

Pablo insiste en que las lenguas deben usarse "por turno", en el caso de tener interprete. Esto significa que no debe haber interrupciones ni solapamientos. Cada persona debe esperar su momento y respetar el flujo de la reunión.

Recomendación: En una iglesia donde se permite el uso de lenguas públicamente, es preferible que el pastor ya tenga asignado a uno o tres siervos responsables que tienen el don para la interpretación de lenguas, para coordinar quién hablaría, cuándo y hasta confirmación. Esto evita confusiones y mantiene el orden durante la adoración.

b. Debe haber un intérprete presente

Pablo es enfático en este punto:

Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios. (1 Corintios 14:28)

Sin interpretación, el mensaje en lenguas no tiene utilidad práctica para la congregación. He presenciado situaciones donde alguien comenzó a hablar en lenguas por varios minutos, pero no había intérprete disponible. En estos casos, el líder de la reunión debe intervenir con gentileza, recordando que el propósito de las lenguas públicas es edificar, no confundir.

Ejemplo practico: En una ocasión, una hermana comenzó a hablar en lenguas en una pequeña congregación, habló durante algunos diez minutos, cada vez fue subiendo más la voz. Al notar que nadie podía interpretar, el pastor le explicó que sería mejor continuar orando en privado. La hermana no lo recibió bien, pero entendió y aceptó la corrección, y la reunión continuó en armonía.


3. Priorizar la Profecía sobre las Lenguas

Aunque las lenguas son un don valioso, Pablo subraya que la profecía tiene prioridad en la congregación porque beneficia directamente a todos los presentes. En 1 Corintios 14:5, dice:

Porque yo quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profeticéis; mayor es quien profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que también interprete, para que la iglesia reciba edificación.

La profecía permite que la congregación entienda y sea edificada, mientras que las lenguas sin interpretación no logran este fin. Por lo tanto, aunque el don de lenguas es válido, su uso debe estar subordinado a la edificación colectiva según interpretación.

Ejemplo práctico: En una reunión de oración, un joven comenzó a hablar en lenguas, otro miembro interpretó el mensaje, llamando a la unidad y al arrepentimiento. Este tipo de situaciones demuestra cómo las lenguas pueden ser útiles cuando se usan correctamente, varios jóvenes por cuenta propia revelaron que estaban en pecado y estaban arrepentidos. Sin embargo, rara vez se interpretaban lenguas, mientras que, la palabra profética personal era abundante entre varios miembros que tenían testimonio de impartir a través del don.


4. Evitar Confusiones y Mantener el Orden

Pablo advierte específicamente contra el desorden en la iglesia. En 1 Corintios 14:40, declara:

Pero hágase todo decentemente y con orden.

Cuando no hay control o moderación en el uso de las lenguas, los visitantes o incrédulos pueden malinterpretar lo que ocurre en la iglesia.

Ejemplo práctico: He visto reuniones donde el uso desordenado de las lenguas ha causado que visitantes se retiren confundidos, ofendidos o aterrorizados. Para evitar esto, es esencial que los líderes de la iglesia enseñen claramente las pautas bíblicas y las apliquen con amor y firmeza.


5. Discernimiento Espiritual: Distinguir lo Divino de lo Demoníaco

Es importante reconocer que no todo lo sobrenatural proviene de Dios. Las lenguas demoníacas pueden infiltrarse en reuniones donde no hay discernimiento espiritual. Por ello, es crucial evaluar cuidadosamente cualquier manifestación espiritual. Los dones complementarios, como el discernimiento de espíritus y la interpretación de lenguas, son herramientas indispensables para distinguir entre lo divino y lo demoníaco.

Ejemplos prácticos:

1. En una reunión, una persona comenzó a hablar en una lengua desconocida, había intérpretes, pero el contenido de lo dicho (cuando fue interpretado) contradecía la Palabra de Dios. Esto alertó a los líderes, quienes determinaron que no era una manifestación divina.

2. En otro momento, una persona elevó sus lenguas a la congregación, el intérprete se acercó al pastor y dijo al oído: "Las lenguas de la hermana son oraciones personales, no son para la congregación. Está pidiendo ayuda a Dios por el desánimo espiritual de su esposo, y su desánimo espiritual en cuanto a que se siente ignorada por no ser considerada como una integrante del ministerio de ancianos".
Roger Casco

Pastor evangélico dedicado a plantar iglesias, formar discípulos y compartir el Evangelio con claridad. Autor del libro Su NOMBRE: ¿Jesús o Yeshúa?, considerado una joya de erudición apologética sobre los errores del Movimiento Judaizante. Apasionado por las Escrituras, cuenta con estudios en hebreo y griego bíblicos, teología, religiones y sectas. Su peregrinaje a Israel en 2008 fortaleció su comprensión de las profecías bíblicas. Casado, padre de dos hijos y disfruta jugar ajedrez.emailexternal-link

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