Devoción Diario: Biblia para Vivir
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. — Romanos 8:38-39
¿Le es conocido este himno?
"He decidido seguir a Cristo,
No vuelvo atrás, no vuelvo atrás;
Aunque nadie me acompañe,
No vuelvo atrás, no vuelvo atrás".
Este himno ha resonado en miles de iglesias alrededor del mundo durante décadas. Pero, ¿conoce usted la historia conmovedora que la inspiró? En el siglo XIX en la India, en la región de Assam, un creyente fue martirizado junto a su familia por su decisión inquebrantable de seguir a Cristo.
La historia cuenta que un pastor de Assam sellado con su compromiso con el evangelio, fue llevado ante un jefe tribal junto con su familia. El líder exigía que renunciaran públicamente a su fe en Jesús o enfrentarían las consecuencias más severas. Sin vacilar, el pastor declaró: "He decidido seguir a Cristo, y no vuelvo atrás".
Primero, mataron a su esposa frente a sus ojos. El jefe tribal le preguntó nuevamente si abandonaría su fe. Con lágrimas en los ojos pero con firmeza, respondió: "No puedo negar a Cristo. No vuelvo atrás".
Luego trajeron a sus hijos. Uno por uno, fueron ejecutados mientras el pastor veía cómo su familia era arrebatada de él. Después de cada asesinato, el líder tribal volvía a preguntarle si renunciaría a su fe. Y una y otra vez, él respondía: "Aunque me quede solo, no vuelvo atrás. No vuelvo atrás".
Finalmente, llegó su turno. Mientras lo preparaban para ser ejecutado, proclamó: "No puedo volver atrás porque quien me ha salvado es fiel. Mi vida ya no me pertenece; pertenece a Cristo". Fue entonces cuando entregó su vida por su fe, uniéndose a su esposa e hijos.
Lo sorprendente de esta historia no termina allí. Tanta fue la convicción y el testimonio de aquel hombre que las personas que presenciaron su martirio comenzaron a preguntarse: ¿Quién es ese Jesús por quien este hombre y su familia estaban dispuestos a morir? Esa pregunta avivó un hambre y sed insaciable por conocer a Cristo en aquella región. Muchos comenzaron a convertirse al cristianismo, inspirados por la fe inquebrantable de aquel pastor y su familia.
¿Usted está separado de Cristo? ¿Qué lo separa de Dios?
Quienes en verdad han conocido a Cristo, saben que nada puede hacerles volver atrás. Nada puede separarles del amor de Dios.
No importa cuántas veces hayamos caído o dudado; lo que importa es nuestra decisión hoy. Confiese a Cristo hoy como su Creador, Señor y Salvador.
---
Oremos: Padre, gracias porque nada puede separarnos de tu amor en Cristo. Danos la valentía de aquel pastor y su familia, que prefirieron morir antes que negarte. Fortalece nuestra fe para decir con decisión: "He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás". Ayúdanos a vivir como testigos de tu amor inquebrantable. En el nombre de Jesús, amén.
Temas:
Devocional