Satanás quiere dividir la Iglesia: ¿En cuál lado te encuentras?

iglesia, luz, divisiones, meditación, biblia
Pixabay

La iglesia no es simplemente una organización humana ni un edificio físico. Es algo mucho más profundo: es el templo vivo de Dios, donde habita su Espíritu (1 Corintios 3:16). Pero cuando permitimos divisiones, manipulaciones, abusos de poder o falsas enseñanzas dentro de la comunidad de creyentes que hace el Pueblo de Dios, estamos participando activamente en su destrucción. Y esto tiene consecuencias eternas.

En este artículo, exploraremos lo que la Biblia dice sobre la iglesia como el templo de Dios y cómo nuestras acciones pueden fortalecerla o destruirla. También veremos por qué aquellos que causan daño a la iglesia enfrentarán un juicio severo de parte de Dios.


La Iglesia: El Templo Vivo de Dios.

El apóstol Pablo nos recuerda en 1 Corintios 3:16-17:

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios destruirá a ese hombre; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, es santo.

Este pasaje deja claro que la iglesia no es un edificio hecho de ladrillos y cemento, sino una comunidad viva de creyentes unidos por el Espíritu Santo. Somos piedras vivas (1 Pedro 2:5) que están siendo colocadas sobre un fundamento sólido: Jesucristo mismo (1 Corintios 3:11).

Cuando alguien siembra división, fomenta críticas, calumnias o amarguras, está desmoronando ese templo. Estas acciones no solo hieren a personas individuales, sino que también debilitan el cuerpo colectivo de Cristo. Y según la advertencia de Pablo, quien destruye el templo de Dios será destruido por Dios. No es una amenaza vacía; es una realidad que enfrentará todo aquel que intente corromper la obra maestra divina.


Jesús Rechazó los Modelos de Poder Humano.

Jesús dejó un modelo radicalmente diferente al de las estructuras humanas de poder. En Mateo 20:25-28, Él advierte:

No será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo.

Dios no diseñó la iglesia para ser un lugar de dominación, manipulación o control. En cambio, la visión bíblica de la iglesia es una comunidad de hermanos y consiervos, donde todos trabajan juntos bajo la autoridad de Cristo. Los títulos religiosos y las jerarquías humanas no tienen cabida en este modelo.

Sin embargo, muchas veces hemos visto líderes usar sus posiciones para ejercer poder indebido, crear facciones o incluso enriquecerse a costa de otros. Esto no solo viola el diseño de Dios para la iglesia, sino que también corrompe su propósito eterno. Quienes actúan así deben recordar que Dios no tolerará que su templo sea mancillado.


Las Piedras Vivas Deben Estar Unidas en Amor.

Efesios 2:21-22 compara la iglesia con un edificio espiritual donde cada piedra tiene un propósito:

En él todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en él vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Para que el templo funcione correctamente, cada piedra debe estar firmemente colocada y unida en amor. Cuando algunos miembros se separan, critican o actúan egoístamente, el edificio entero se debilita. La falta de unidad no solo afecta a quienes causan el conflicto, sino también a toda la comunidad.

Además, según 1 Corintios 3:17, hay una advertencia severa para quienes deliberadamente destruyen el templo de Dios:

Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios destruirá a ese hombre.

Esta declaración no debe tomarse a la ligera. Aquellos que buscan dividir, manipular o abusar de la iglesia enfrentarán un juicio divino. No se trata de un asunto trivial; estamos hablando del pueblo redimido por la sangre de Cristo.


El Propósito de los Dones Espirituales: Edificación, no Destrucción.

En 1 Corintios 14, Pablo enfatiza que los dones espirituales existen para edificar la iglesia, no para glorificar a los individuos ni para crear caos. Sin embargo, algunas personas han usado estos dones (o supuestas "revelaciones") para manipular, controlar o excluir a otros. Esto contradice completamente el propósito divino detrás de los dones.

La iglesia no es un campo de batalla donde los líderes compiten por poder o reconocimiento. Es una familia donde cada miembro debe trabajar juntos para cumplir la misión de Dios en la tierra. Como dice Efesios 4:16:

De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, conforme a la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.


Conclusión: Dios Juzgará a los Que Destruyen Su Iglesia.

Dios todavía está edificando su iglesia. Aunque a veces veamos desorden, conflictos o pecados dentro de ella, recordemos que el Arquitecto principal sigue trabajando. Somos colaboradores de Dios (1 Corintios 3:9), y tenemos la responsabilidad de construir con materiales duraderos: amor, verdad, unidad y gracia.

Pero antes de actuar con egoísmo, orgullo o ambición, pregúntate: ¿Estoy edificando o destruyendo el templo de Dios? La respuesta a esta pregunta determinará no solo tu relación con la iglesia, sino también tu posición ante el Señor. Quien destruya el templo de Dios será destruido por Dios. No hay espacio para manipulaciones, abusos de poder o falsas enseñanzas en su obra maestra.

Si has sido parte de estas prácticas, hoy es el día de arrepentirte. Dios no busca castigar, sino restaurar. Él está dispuesto a perdonar y sanar las heridas que nuestras acciones han causado en su pueblo. Pero no ignores su advertencia: nadie puede jugar con el templo de Dios sin enfrentar las consecuencias.
Roger Casco

Pastor evangélico dedicado a plantar iglesias, formar discípulos y compartir el Evangelio con claridad. Autor del libro Su NOMBRE: ¿Jesús o Yeshúa?, considerado una joya de erudición apologética sobre los errores del Movimiento Judaizante. Apasionado por las Escrituras, cuenta con estudios en hebreo y griego bíblicos, teología, religiones y sectas. Su peregrinaje a Israel en 2008 fortaleció su comprensión de las profecías bíblicas. Casado, padre de dos hijos y disfruta jugar ajedrez.emailexternal-link

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente