Oct 02: Ocupado y Vacío


Demasiado ocupados pero muy vacíos, tenemos todo menos a Dios, devocional diario, biblia
Gemini Google

Devocional Diario: Biblia para Vivir

Cuando hayan hecho todo lo que se les ordene, deben decir: “Solo somos siervos inútiles; no hemos más que cumplido con nuestro deber”.— Lucas 17:10 (NTV)

Existe un engaño sutil y devastador en el caminar cristiano: la creencia de que estar ocupado en la obra de Dios es sinónimo de estar cerca de Dios. Nos llenamos de actividades ministeriales, liderando, enseñando y "haciendo mucho" en nombre de Dios, y esa actividad nos da una peligrosa sensación de plenitud.

La verdad es ruda: podemos ser extremadamente efectivos en el ministerio, pero íntimamente distantes de aquel a quien decimos servir. Nuestro tiempo personal, íntimo y espiritual con Dios jamás debe ser sustituido por el tiempo de servicio o de ministerio. Si descuidamos la comunión, nos volvemos siervos que funcionan por inercia o por el impulso del ego. Podemos estar sirviendo a la agenda de nuestro ego y no a la del Rey. El peligro no está en el trabajo, sino en la fuente de nuestra satisfacción. Si al terminar el día nos sentimos satisfechos porque "lo hicimos bien" o "la gente me aplaudió", estamos sirviendo a nuestra propia imagen. Satanás mismo cayó a causa de su gran éxito (Ezequiel 28:16), por creerse más importante de lo que era, un peligro constante para quien está siempre "haciendo".

El mayordomo infiel de la parábola (aunque infiel, demostró sagacidad al prever su futuro, Lucas 16:1-9) tomó acciones drásticas al darse cuenta de que su servicio estaba mal enfocado y lo corrigió. A nosotros nos toca hacer una introspección más profunda.

El versículo clave de hoy nos da el antídoto contra el orgullo del servicio propio. Al hacer todo lo que se nos manda, debemos concluir: "Solo somos siervos inútiles". Esta declaración no anula la calidad o la diligencia de nuestro trabajo; la reorienta. Significa que, por mucha excelencia que le pongamos (y debemos ponerle excelencia, porque le servimos a Dios), nunca ganaremos un mérito extra que nos dé derecho a gloriarnos. Nuestro servicio es simplemente el cumplimiento de un deber, una respuesta a la gracia de Dios. Si hacemos las cosas como a Él le gusta y no como a nosotros nos gusta, siempre sentiremos que nos falta mucho por mejorar, porque la humildad y la dependencia de Dios se convierten en el motor, no el aplauso.

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OremosSeñor, te pido perdón por las veces que he sustituido la intimidad contigo por la actividad ministerial. No quiero ser un siervo ocupado y vacío. Ayúdame a recordar que no es por obras para que nadie se gloríe, y que mi servicio es solo el deber de un siervo. Que mi satisfacción no provenga de los resultados visibles o el reconocimiento humano, sino de mi comunión personal y de saber que cumplo tu voluntad. Dame la humildad para reconocer que solo soy un siervo inútil que cumple con tu plan y que depende de ti en todo momento. Amén.
Roger Casco

Pastor evangélico dedicado a la plantación de iglesias, discipulados y compartir el Evangelio con sencillez y claridad para todos. Autor del libro Su NOMBRE: ¿Jesús o Yeshúa?, considerado una joya de erudición apologética sobre los errores del Movimiento Judaizante. Su peregrinaje a Israel en 2008 fortaleció su comprensión de las profecías bíblicas. Casado, padre de dos hijos y disfruta jugar ajedrez.emailexternal-link

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