Devocional Diario: Biblia para vivir
"Y llamó Jehová Dios al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?" (Génesis 3:9, RVR1960).
Cuando leo esta pregunta, no puedo evitar sentir que Dios no la hizo por ignorancia, sino por amor. Él sabía exactamente dónde estaba Adán, pero quería darle la oportunidad de salir de su escondite, de confesar y de volver a Él. Esa misma pregunta resuena hoy en nuestros corazones: "¿Dónde estás?".
Adán, el primer hombre, pecó y se escondió. Fue expulsado del Edén, pero nunca dejó de ser hijo de Dios. Eso lo sabemos porque Lucas 3:38, llama a Adán, hijo de Dios.
Aunque su error tuvo consecuencias, su historia no terminó en fracaso, sino en restauración. Y eso nos da esperanza.
¿Cuántas veces nos hemos escondido de Dios? Tal vez por miedo, vergüenza o culpa. Pero Él nos busca, no para condenarnos, sino para sanarnos.
Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9, RVR1960).
Su gracia es más grande que nuestros errores.
Hoy, Dios te llama a salir de tu escondite. No importa cuán lejos hayas ido o cuánto tiempo hayas estado alejado. Él ya sabe dónde estás y qué has hecho, pero te invita a volver a Él. Como Adán, puedes terminar tu camino como un hijo de Dios, restaurado y lleno de Su gracia.
---
Oremos: Señor, hoy reconozco que me he escondido de ti. Gracias porque me buscas con amor. Me levanto y vengo a ti, confiando en tu perdón y restauración. Ayúdame a caminar contigo cada día. Amén.
Temas:
Devocional